Hasta hace pocos años las marcas que se nutren del trabajo de los artesanos y la riqueza de sus saberes ancestrales, para la creación de sus obras o la realización de sus diseños, lo hacen de forma más consciente y responsable.
Apoyar el arte local es una decisión altruista, que además, conlleva mucho sentido de pertenencia. Conectar las marcas con la riqueza cultural y el legado artesanal de las tribus significa verse más allá que estar dentro de una industria textil, tiene que ver con acercarse a las comunidades indígenas y devolverles el papel protagónico que se les ha negado.
El trabajo de diseño de Claudia Akel se concentra en conservar a cabalidad las técnicas textiles de los artesanos, convirtiéndolas en creaciones únicas y exclusivas. Es decir, si antes el trabajo del artesano quedaba a la merced de la producción masiva de un producto para el consumo turístico- que pone en riesgo la pérdida de identidad- hoy resaltamos las técnicas manuales que salvaguarden el saber y el legado, sin responder a la demanda voraz.
¿Cuál es la importancia de comprar productos que nacen del saber artesanal?
Comprar productos de origen ancestral promueve la moda circular y la moda sostenible. En Colombia y Latinoamérica, algunas marcas procuran mantener las economías locales y comunitarias vigentes a través de la promoción responsable de sus saberes, sus ecosistemas y el hábitat donde coexisten y conviven.
Esto hace del desarrollo para las comunidades un proceso que no es invasivo y arbitrario, sino, por el contrario, uno que piensa en la innovación como fuente de empoderamiento y reconocimiento.
Al comprar un producto de Claudia Akel lo estás adquiriendo a conciencia. Trabajamos en conjunto con más de siete etnias indígenas colombianas y latinoamericanas, a las que les brindamos un homenaje en la intervención artística y única que la diseñadora hace a cada prenda.
Claudia Akel es una marca cartagenera que interviene cuidadosa y artísticamente cada diseño indigena; desde mochilas Wayú o Arhuaca, hasta canastos Werrengue o sombreros Putumayo.
Es responsabilidad de cada marca, pero también un deber del comprador preguntar por el origen de los productos, las condiciones donde se creó y los saberes detrás de la pieza. Esto habla de la trazabilidad textil y de una moda ética.
Al final debemos convertir la moda en un espacio ético y transparente donde las creaciones no impongan un estilo de vida, sino un consumo consciente. Uno que verdaderamente conecte.